9 de marzo de 2023

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Inversión y seguro de vida

Cómo elegir un producto de inversión
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Índice
  • Cómo elegir un producto de inversión

  • Criterios a considerar a la hora de elegir una inversión

  • Qué características debe tener el producto idóneo para ti 

  • Qué hay que controlar antes de firmar

En los últimos años, a causa de las crisis que por distintos motivos hemos sufrido, los mercados financieros han registrado grandes cambios y su nivel de complejidad se ha incrementado cada vez más.

Estos cambios han venido acompañados por un crecimiento nada desdeñable de nuevos instrumentos de inversión que han enriquecido, y no poco, la oferta a disposición de los inversores. Analicemos juntos, en detalle, los principales puntos para responder a la cuestión más importante: ¿en qué acciones podemos invertir hoy?

Cómo elegir un producto de inversión

Quienes deciden invertir generalmente tienen tres objetivos: en primer lugar, su propio dinero; en segundo lugar, conseguir que con el tiempo aumente el capital inicialmente reservado y, por último, poder contar con una renta futura disponible con cierta periodicidad.

Se pueden alcanzar estos tres objetivos de maneras muy diversas, dependiendo del tipo de inversor y de los instrumentos que decida utilizar. 

La pregunta que muchos se hacen es la siguiente: ¿cuál es la mejor inversión para nuestros ahorros y para alcanzar nuestros objetivos? ¿Cuál es el mejor fondo de inversión?

No es fácil responder a esta cuestión, para hacerlo hay que tener en cuenta numerosos factores y variables. 

Solo después de una profunda y atenta valoración dispondremos de mejores elementos que nos permitirán saber cuál es la inversión más adecuada.

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Criterios a considerar a la hora de elegir una inversión

Para valorar mejor las oportunidades ofrecidas por el mercado y así decidir qué inversión hacer, es conveniente definir un plan de inversión no sin antes haber trazado nuestro perfil de inversor.

Tanto como si una persona se decide a gestionar de forma autónoma su propio dinero como si recurre a un asesor financiero especializado, para entender qué podemos comprar como inversión, hay que considerar una serie de criterios. En base a estos podremos identificar cuál es la inversión más adecuada a nuestro caso. Un buen consejo es desconfiar siempre de quienes nos presentan una inversión segura, pues las inversiones seguras, sencillamente, no existen.

El punto de partida para quien quiera invertir es una adecuada planificación financiera, en base a la cual calcular la cantidad de nuestros recursos habituales destinamos al ahorro. 

Según la renta disponible, entendida como flujo mensual de dinero a destinar a la inversión y como capital de partida ya reservado, se podrán adoptar diferentes soluciones. 

Quien tenga ya una cierta disponibilidad financiera y al mismo tiempo pueda contar con una renta mensual de una cierta entidad, podrá elegir fondos de inversión que con una menor duración permitan alcanzar determinados objetivos. 

Por el contrario, los tiempos serán más dilatados para quienes dispongan de menos recursos y tengan que construir su inversión a lo largo del tiempo, como por ejemplo a través de un plan de acumulación de capital. 

Un factor clave a considerar a la hora de invertir es la definición de los objetivos de la inversión. 

Básicamente, nos tenemos que preguntar cuál es el proyecto que pretendemos realizar y movernos en consonancia con él. 

Quien invierta para pagar los estudios universitarios de sus hijos tendrá más tiempo para alcanzar su objetivo, aunque deberá empezar a invertir con antelación. 

Todavía tendrá que actuar con mayor celeridad quien pretenda garantizarse una mayor seguridad económica para cuando sea mayor, con el fin, por ejemplo, de completar la pensión pública con otra complementaria. 

Por el contrario, si el objetivo es unas buenas vacaciones o, en general, algo económicamente menos exigente, se podrá valorar otro tipo de productos de inversión, teniendo en cuenta los diferentes plazos necesarios para alcanzar los objetivos.

Cuando se habla de objetivos de inversión, se debe tener en cuenta no solo nuestra disponibilidad financiera, sino también el horizonte temporal, es decir el tiempo por el que se está dispuesto a renunciar a determinadas cantidades de dinero para destinar a la inversión. 

Cuando se habla de horizonte temporal, nos referimos también al tiempo necesario para alcanzar nuestros objetivos

De esto es fácil deducir que la definición del horizonte temporal está estrechamente vinculada a las exigencias y las necesidades de cada inversor, dependiendo también de su edad. 

Quién sea más joven seguro que tendrá objetivos de inversión muy distintos de los de una persona en edad próxima a la jubilación: en el primer caso el horizonte temporal será de medio y largo plazo y en el segundo será más breve.

Hay dos aspectos clave que acompañan siempre a los objetivos de inversión y al horizonte temporal: rendimiento y riesgo

Estos dos elementos caminan siempre juntos: cuando uno aumenta crece también el otro y viceversa. Por consiguiente, para alcanzar rendimientos más altos será necesario correr mayores riesgos. 

La expectativa de rendimiento indica la ganancia que se pretende obtener con una determinada inversión

Es importante identificar objetivos de rendimiento realistas, teniendo en cuenta que éstos deberán adecuarse a la propensión al riesgo de cada inversor.

Al contrario del rendimiento, la propensión al riesgo no es una magnitud mensurable, dado que es fruto de una subjetividad propia de cada sujeto. 

Cada inversor deberá preguntarse cuál es su tolerancia al riesgo, es decir cuál es la pérdida potencial que está dispuesto a soportar ante la búsqueda de un rendimiento más alto.

Qué características debe tener el producto idóneo para ti

Una vez identificados y definidos los criterios a considerar a la hora de realizar una inversión, se puede pasar a la etapa siguiente: identificar el instrumento financiero más adecuado a nuestras exigencias

Esto solo se conseguirá después de haber verificado que la inversión se adapta a nuestro perfil según dos características clave: riesgo y rendimiento.

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Acciones: ¡una inversión que no es para todos!

Cuando se habla de inversiones, se suele pensar en las acciones, dado que en el imaginario de muchas personas son un instrumento financiero que permite obtener grandes beneficios. Así pues, ¿qué inversión podemos hacer hoy? ¿Cuáles son las mejores acciones para invertir?

Indudablemente, las acciones tienen un fuerte potencial de crecimiento, pero al mismo tiempo presentan un nivel de riesgo elevado, basta pensar que incluso se puede perder todo el capital invertido. 

Las acciones no son una inversión adecuada para quien tenga un horizonte temporal breve, ya que este instrumento financiero sufre la volatilidad de los mercados y tiende a ofrecer resultados mejores solo con un periodo de tiempo más amplio. 

Quien sea más joven e invierta, por ejemplo, para pagar los estudios de sus hijos, conseguir una mejor jubilación o, más en general, obtener un objetivo a más largo plazo, podrá optar por las acciones para tener un mayor crecimiento potencial y explotar en beneficio propio el factor tiempo para recuperar las posibles pérdidas. 

La pregunta que todos se hacen es ¿en qué acciones puedes invertir?, pero tampoco en este caso existe una respuesta unívoca. 

En primer lugar, para entender qué acciones comprar hay que partir de un profundo conocimiento del instrumento y después del análisis de nuestras necesidades y objetivos.

Quién prefiera tener un flujo de renta no tendrá dudas sobre en qué acciones invertir: su elección recaerá sobre aquellas que paguen un dividendo con regularidad y que presenten una cierta solidez financiera. Piénsese, por ejemplo, en las blue chip, es decir los títulos de mayor capitalización. 

¿Cuáles son las mejores acciones para invertir si se está dispuesto a arriesgar más? Sin ninguna duda, en los títulos “growth”, que respecto a los “value” son más volátiles y, más en general, en acciones más expuestas a la especulación. 

Fondos comunes de inversión para un público más amplio

Quien tenga menos familiaridad con las inversiones financieras y quiera arriesgar menos, puede recurrir a la gestión de un experto. 

En este sentido, un instrumento válido es el fondo común de inversión, que respecto a la compra directa de acciones ofrece la ventaja decisiva de la diversificación

A quien se pregunte qué hacer con los fondos de inversión, en principio se le puede responder que el acceso a este producto es posible tanto para quien ya tenga un capital más o menos relevante para invertir como para quien parte de cero. 

De hecho, en este último, se puede recurrir al PAC (Plan de Acumulación de Capital)  que permite entrar en el mercado con pequeñas cantidades incluso mensualmente. 

Una solución especialmente adaptada para quien haya empezado a trabajar recientemente y desea invertir enseguida, en previsión de la compra de una vivienda o de una pensión complementaria

Para saber cómo elegir el fondo donde invertir es necesario una vez más partir de nuestros objetivos y considerar nuestra propensión al riesgo y el horizonte temporal. 

Quien invierta a breve plazo y quiera arriesgar poco o nada deberá optar por un fondo monetario, mientras que se deberá pasar a uno de obligaciones o de acciones, con arreglo al tiempo disponible para la inversión y a la mayor o menor propensión al riesgo. 

¿Cuáles son los mejores fondos de inversión?

Partimos del presupuesto básico de que los mejores fondos de inversión son los que ofrecen las mejores características en términos de rendimiento, frente a costes más moderados que otros.

Se pueden consultar varias clasificaciones de los mejores fondos de inversión, elaboradas según distintas categorías: área geográfica, resultados obtenidos, tipo de fondo, etc.

Del análisis de estos datos se puede extraer información útil para saber cómo elegir los mejores fondos, prestando especial atención a algunos elementos clave como el tipo de fondo, los costes, los parámetros y las características. 

Por qué y cómo elegir los ETF

Los criterios para elegir un EFT son parecidos, un instrumento alternativo al fondo común de inversión, con indudables ventajas respecto a la compra directa de acciones, obligaciones o materias primas. 

Para saber cómo elegir los ETF, también hay que partir en este caso de la definición de los objetivos, con arreglo a los cuales habrá que identificar el instrumento más adecuado 

Habrá que centrarse en las características del ETF, como las dimensiones y la edad del fondo, pero también estudiar los costes de negociación, el rendimiento y los diferenciales de tracking, solo por citar los más importantes. 

En líneas generales vale la pena reafirmar que la elección del producto deberá realizarse siempre en relación al perfil del inversor, teniendo en cuenta los dos componentes clave: riesgo y rendimiento.

Qué hay que entender antes de firmar

Una vez elegido el producto, antes de invertir es necesario dar un último paso, que no es otro que leer la documentación informativa, para conocer perfectamente la inversión que se está a punto de realizar.

En el caso de las acciones y las obligaciones es conveniente examinar tanto el folleto informativo como la nota de síntesis, mientras que para los fondos comunes y los productos aseguradores de contenido financiero como las unit linked, se recibirá el KIID, que contiene la información fundamental para los inversores.

En resumen

Para elegir un producto de inversión: 

  • Es necesario definir el perfil del inversor 

  • Es importante saber cuál se adapta a nuestras exigencias 

  • Es indispensable leer la documentación informativa

Es bueno saber

El primer paso para invertir es realizar una adecuada planificación financiera.