Las finanzas pueden ser un lío de términos, con acrónimos por todas partes, así que, por si acaso, vamos a añadir otro a la lista: ETF.

ETF significa Fondo Negociable en Divisas, que es un concepto relativamente nuevo en el panorama de inversión. Se habla cada vez más de este tipo de inversiones, así que, probablemente, ya te habrás encontrado con ellas. Por eso, vamos a dedicar unos minutos a analizar de qué trata todo esto.

Comencemos con lo básico: un ETF es un fondo que cotiza en una bolsa, como una acción. Pero, en lugar de representar una sola acción, tiene una cesta de valores, que suele basarse en lo que se llama un «índice». Cuando hablamos de índices, nos referimos a «listas» de precios de acciones, como los famosos S&P 500, Dow Jones, el Dax y el Eurostoxx 50. Por ejemplo, el ETF más antiguo y conocido es el SPDR S&P 500 –que en las bolsas se denomina el SPY. El trabajo de este fondo es hacer un seguimiento de la evolución del S&P 500, es decir, las mayores acciones de Estados Unidos.

Un ETF también puede basarse en un solo sector, como el sector de la Tecnología o el sector Financiero, o incluso puede centrarse en países, por lo que se puede comprar un ETF que invierte solo en China o Australia. Básicamente, hoy día todo el abanico de posibilidades de inversión está cubierto por ETF; de hecho, actualmente se negocian más de 5000 ETF en todo el mundo.

Entonces, ¿cuáles son las ventajas y desventajas de un ETF? En primer lugar, ofrecen una manera fácil de diversificar. Como hemos dicho antes, es como comprar una acción, pero cuando se compra un ETF, no solo se obtiene una acción, sino que se obtiene una cesta llena. De esa manera, te ahorras la molestia de tener que comprar todas estas acciones individualmente. Además, suelen tener tarifas más bajas que los fondos tradicionales, sobre todo porque solo «rastrean» un índice en lugar de intentar superarlo.

Esto nos lleva a algunas de las desventajas. Como el único objetivo de los ETF es replicar un índice, los inversores pueden estar seguros de que, una vez que eliminadas las comisiones, su rentabilidad será menor que el índice. En otras palabras, aunque pueden lograr una exposición fácil al mercado, también están seguros, desde el principio, de que su rentabilidad va a ser menor que la del mercado general que rastrean. Al mismo tiempo, negociar ETF es muy fácil porque cotizan en bolsa, pero esto ha provocado que los inversores minoristas contraten «en exceso», lo que de nuevo dispara los costes y las especulaciones.

En resumen, los ETF son un concepto relativamente nuevo e innovador en el mundo de las inversiones y resultan muy útiles para los inversores que quieren diversificar fácilmente. Sin embargo, los inversores deben tener en cuenta que su rentabilidad siempre será menor que el mercado y tienen que ser conscientes de que no deben negociar demasiado, porque corren el riesgo de sufrir pérdidas.