26 de abril de 2024

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Inversión y seguro de vida

Horizonte temporal de la inversión: corto, medio y largo plazo
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  • Duraciones diferentes para diferentes objetivos 

  • La importancia del factor tiempo en la inversión 

  • Relación entre tiempo y posibilidades económicas del inversor

  • Objetivos y aspiraciones del inversor: el papel del factor tiempo

Cuando se habla de inversiones financieras es necesario seguir reglas muy concretas, para evitar, por una parte, sorpresas desagradables y, por otra, tratar de obtener el mejor resultado posible. 

Por lo tanto, es fundamental definir una estrategia de inversión que necesariamente deberá tener en cuenta, entre otras cosas, dos variables imprescindibles: el factor tiempo y el perfil de riesgo del inversor. 

Entre estas dos variables existe una correlación muy concreta, en base a la cual habrá que tomar determinadas decisiones, incluso en términos de herramientas financieras para incluir en la cartera.

Duraciones diferentes para diferentes objetivos

Vamos a partir del factor tiempo para explicar qué es el horizonte temporal de una inversión, es decir, el periodo de tiempo durante el que estamos dispuestos a renunciar a nuestros recursos financieros para destinarlos, precisamente, a la inversión.

Aunque aparentemente pueda parecer una cuestión de lo más trivial, es conveniente entender por qué es útil definir un horizonte temporal de inversión, ya que solo así podremos llegar a una correcta planificación financiera y, por consiguiente, tomar las decisiones más adecuadas para nuestro perfil de inversor. 

Por lo general, un horizonte temporal de inversión se define a corto, medio o largo plazo según sea su duración


Convencionalmente, hablamos de inversiones a corto plazo cuando su duración está comprendida entre 1 y 3 años

Gracias a este horizonte temporal se pueden aprovechar las oportunidades a corto plazo que ofrece el mercado y, al mismo tiempo, se tiene la posibilidad de hacer frente a necesidades inmediatas de liquidez.

Invertir a corto plazo tiene también otra ventaja, que sería la menor exposición al riesgo, pero entre las desventajas hay que señalar las bajas rentabilidades que pueden obtenerse y la ausencia de una protección contra la inflación.

El horizonte temporal de una inversión se define de medio plazo cuando se refiere a un periodo de 3 a 5 años

Las inversiones a medio plazo son ideales para alcanzar objetivos tales como la compra de una vivienda o la financiación de los estudios de los hijos. 

Con un horizonte temporal a medio plazo se pueden equilibrar el crecimiento y la seguridad, porque se asume un riesgo moderado a cambio de rentabilidades más altas que las que se pueden obtener a corto plazo. 

No obstante, la asignación de activos se caracteriza por una cierta cautela, destinada a proteger el capital invertido con vistas a los objetivos a medio plazo.

Invertir a largo plazo quiere decir comprometer nuestros recursos durante un periodo de tiempo no inferior a 5 años

En este caso, la cartera se construye para alcanzar objetivos a largo plazo como, por ejemplo, nuestra pensión de jubilación o acumulación de patrimonio para su planificación hereditaria.

Las inversiones a largo plazo son las preferidas por quienes buscan maximizar el potencial crecimiento del capital, ya que permiten obtener rentabilidades más altas en comparación con un horizonte temporal a corto o medio plazo. 

Invirtiendo en el largo plazo se puede diversificar mejor, recordando que la diversificación mejora el perfil de riesgo-rentabilidad de una cartera.

Perfiles de riesgo de 1 a 7

Gracias al factor tiempo, que permite reducir las pérdidas, con una inversión a largo plazo se pueden asumir riesgos mayores frente a potenciales resultados más altos.

Normalmente se habla de perfiles de riesgo de 1 a 7, con referencia a una escala de valores con la que medir la mayor o menor propensión al riesgo. 

Se parte del nivel 1, que es muy conservador y propio de quien prefiere la seguridad a una potencial ganancia, mientras que subiendo dos peldaños se pasa al perfil de riesgo 3, moderadamente conservador, atribuible a los inversores que aceptan un riesgo moderado para buscar rentabilidades más altas, y así sucesivamente. 

El perfil de riesgo MIFID consiste en elaborar el perfil del cliente/inversor rellenando el cuestionario de idoneidad, que permite trazar una especie de retrato robot que servirá para elegir la mejor asignación estratégica de activos para cada inversor.

La importancia del factor tiempo en la inversión

Entre las distintas preguntas del cuestionario de idoneidad aparece también la del horizonte temporal de la inversión, dado que el factor tiempo juega un papel muy importante y es fundamental para sacar el máximo rendimiento a nuestra inversión por distintos motivos.

En primer lugar, cuando se invierte durante un periodo de tiempo más largo se pueden aprovechar las ventajas de la capitalización compuesta, que permite generar ganancias no solo con la cantidad invertida inicialmente, sino también sobre la rentabilidad obtenida, como intereses, dividendos o plusvalías. 

Cuanto más largo sea el periodo de la inversión mayores serán los beneficios que se podrán obtener con el interés compuesto. 

En segundo lugar, el tiempo es un aliado inmejorable para mitigar los efectos de la volatilidad, dado que invertir con una perspectiva a largo plazo permite una mejor diversificación y, por consiguiente, una reducción del riesgo. 

La inversión en acciones, por ejemplo, a menudo puede ser muy arriesgada a corto plazo y conllevar pérdidas de mayor o menor relevancia. 

Sin embargo, ampliando el horizonte temporal de la inversión se pueden obtener resultados muy satisfactorios, porque las fluctuaciones de los mercados accionistas se compensan con una tendencia al crecimiento de los mismos en el tiempo. 

Otro aspecto de relevancia que demuestra la importancia del factor tiempo en la inversión está representado por la flexibilidad estratégica

Quien tenga un horizonte temporal más largo podrá gestionar su cartera con una mayor tranquilidad y, de este modo, vivir con menos ansia la volatilidad de los mercados. 

Esto permite mantener a raya la emotividad, que podría comprometer el crecimiento de la cartera en el largo plazo.

Por otra parte, existe la posibilidad de corregir en el tiempo los errores que puedan cometerse, y así recuperar las pérdidas inicialmente sufridas o modificar la asignación de activos, orientando las inversiones hacia nuevas oportunidades que quizás no existían en un primer momento.

De hecho, al dedicar más tiempo a la inversión, se pueden capitalizar las tendencias emergentes, dado que algunos sectores o determinadas innovaciones podrían necesitar un periodo de tiempo más largo para expresar al máximo su potencial de crecimiento.

Relación entre tiempo y posibilidades económicas del inversor

El factor tiempo tiene una estrecha relación con el perfil de riesgo de un inversor, pero también está vinculado a sus posibilidades económicas, determinando diferentes opciones en la asignación estratégica de activos de una cartera. 

Por lo general, quien sea más joven tendrá menos recursos financieros disponibles para destinar a una inversión, pero contará con la ventaja del tiempo. 

De hecho, un horizonte a largo plazo ofrece la posibilidad de alcanzar resultados satisfactorios incluso para quien no cuenta con un importante capital de partida, ya que para empezar pueden bastar pequeñas cantidades. 

Quienes hayan empezado a trabajar recientemente y hayan contratado una hipoteca para la compra de una vivienda, podrán destinar a la inversión solo recursos limitados, pero si comienzan a hacerlo a una edad temprana podrán beneficiarse de una mejor relación riesgo-rentabilidad.

Con pequeñas inversiones mensuales, con las que, por ejemplo, alimentar un seguro unit-linked para construir una pensión complementaria, se podrá aprovechar mejor las ventajas del interés compuesto.

Al mismo tiempo, se podrá adoptar la estrategia del coste medio ponderado, que consiste en la compra de activos a precios distintos a lo largo del tiempo, reduciendo así el riesgo de una inversión realizada en un único momento.

Objetivos y aspiraciones del inversor: el papel del factor tiempo

Cuando se habla de inversiones, el tiempo juega un papel fundamental también en relación con la definición de los objetivos y de las aspiraciones del inversor. 

Para desarrollar una estrategia ganadora, el primer paso a dar será el de una adecuada planificación financiera y para ello deberemos empezar por identificar los objetivos de cada inversor. 

Y es aquí donde entra en juego el factor tiempo, dado que a cada objetivo de inversión le corresponde un horizonte temporal diferente, lo que conlleva también la adopción de diferentes estrategias y herramientas.

Un inversor de mayor edad, quizás ya jubilado, con toda probabilidad apostará por la protección del capital acumulado en el tiempo, para destinarlo a satisfacer las necesidades planteadas por la vejez o transmitirlo en herencia. 

El tiempo a disposición para la inversión será bastante limitado, motivo por el que las decisiones irán orientadas hacia instrumentos con bajo riesgo a cambio de menores rentabilidades. 

Los más jóvenes tendrán aspiraciones muy distintas, como por ejemplo la compra de una vivienda o la planificación de una pensión complementaria. 

Para lograr estos objetivos no hay duda de que necesitarán más tiempo y un plan de acción diferente para poder alcanzarlos. 

De hecho, en estos casos, el horizonte temporal será a largo plazo y así se podrán valorar inversiones con un nivel de riesgo más alto que permitirán obtener mayores rentabilidades, modulando adecuadamente la estrategia a medida que nos acerquemos a los objetivos fijados.

En resumen
  • El tiempo es fundamental para obtener el máximo rendimiento de una inversión.

  • A cada objetivo de inversión le corresponde un horizonte temporal diferente. 

  • Una inversión a largo plazo ofrece más ventajas que las demás.

Es bueno saber 

Con una inversión a largo plazo se pueden asumir mayores riesgos con vistas a conseguir mejores resultados potenciales.