El interés compuesto es un concepto de inversión cuya definición puede parecer compleja, pero que se entiende fácilmente.
Es un método de inversión que ha contribuido a la riqueza de empresarios como Warren Buffett. Desde la definición del tipo de interés compuesto a su cálculo, descubre todo lo que debes saber sobre el rendimiento acumulativo.
23 de noviembre de 2021
5 min leer
Inversión y seguro de vida
FWU - Expert Corner - FWU Invest S.A.
Las finanzas no son siempre un tema apasionante. Es un sector bastante complejo en el que predominan las cifras.
Ahora bien, algunos conceptos e ideas merecen una atención especial. Es el caso del concepto de interés acumulativo. Pero, ¿qué es el interés y qué tipos de interés hay?
El interés se refiere a la ganancia generada por un capital. En este sentido podemos encontrar al interés simple y al interés compuesto. Albert Einstein describió a este último como la octava maravilla del mundo.
El Santo Grial de la inversión: ¿qué es el interés compuesto?
Lo explicamos con una analogía.
Piensa en una avalancha y en cómo puede convertirse en una verdadera fuerza de la naturaleza. Antes de convertirse en una avalancha, empieza por un sencillo copo. Cuando este copo entra en contacto con los otros, se vuelve más grande y forma una gran capa de nieve. Después, cuando esta nieve rueda por la montaña, arrastra otras capas y crece tanto en masa como en volumen, convirtiéndose finalmente en lo que conocemos como una avalancha.
La inversión con interés compuesto es similar: una pequeña cantidad inicial puede crecer una y otra vez con el tiempo, hasta alcanzar un importe muy superior, es decir, se obtiene rentabilidad de la rentabilidad.
Para entender bien el concepto de interés acumulado, hay que hacer una distinción esencial: ¿interés compuesto o simple?
¿Qué es el interés simple? Este es la tasa aplicada sobre el capital origen que permanece constante, en otras palabras, el capital básico invertido sigue siendo el mismo. Por ejemplo, decides invertir 100 € con una plusvalía mensual del 10%. Esto proporciona un total de 110 € en un mes. El mes siguiente, tu plusvalía se calculará sobre la base de 100 €, y no sobre los 110 € que produjeron tus intereses. Por tanto, los intereses no se reinvierten para devengar, a su vez, intereses. Así, la fórmula del interés simple sería la siguiente:
I = c * i * t
I: Resultado obtenido de la operación
c: Capital
i: tasa de interés
t: tiempo
Los intereses de cada período se incorporan al capital para incrementarlo progresivamente. Este incremento devenga intereses.
Inviertes 100 € a un tipo de interés del 10%. El primer mes obtienes 110 €, el segundo mes el 10% se calcula sobre la base de 110 €, consigues así 121 €.
¡Esto es el efecto de bola de nieve del ahorro y las inversiones!
Para entender mejor la aplicación del interés compuesto a la inversión, veamos un ejemplo.
Si empiezas con 5 000€ y un rendimiento del 7%, comienzas el siguiente período con 5 350€.
A continuación, cuando se aplica el interés del 7%, ya no es en los 5 000 € iniciales, sino en los 5 350 €. Por consiguiente, el importe del 7% se incrementa cada vez más a medida que aumenta cada período. Como lo hace una avalancha.
Esto significa que, aunque no realices ningún pago adicional para incrementar el capital inicial de 5 000 €, este supondrá una cantidad superior a 38.000 € al cabo de 30 años, lo que corresponde a un beneficio superior a 33.000 € durante este período.
Si realizas aportaciones periódicas, la avalancha será aún mayor incrementando así tus ahorros.
Tanto si calculas el interés compuesto con aportaciones mensuales como diarias, siempre hay una fórmula adecuada para analizar la rentabilidad de tu interés compuesto.
Para ayudarte en este proceso, puedes utilizar las calculadoras de interés compuesto online. En cualquier caso, es necesario entender cómo funciona este rendimiento.
Cuando el interés compuesto se calcula anualmente, sigue una fórmula que, en un principio, podría preocuparte:
Cn = C0 (1 + i)^n
No te asustes, la explicación se entiende fácilmente.
Cn: Resultado obtenido de la operación
C0: Capital inicial, es decir, si tomamos el primer ejemplo serían 100€
i: Tipo o tasa de interés anual compuesto
n: Número de años
Supongamos que quieres depositar 10.000 € en un producto de ahorro como la libreta A con una tasa de interés del 0,5%. Tu objetivo es calcular la rentabilidad de esta operación:
10 000 x (1+0,005)^5 = 10 252, 51
Ganarás, por tanto, 252,51 € en 5 años invirtiendo 10.000 € en la libreta de ahorro A.Para saber más sobre el cálculo de los intereses acumulados, es importante definir la regla del 72.
Es un método para estimar el tiempo (en años) necesario para duplicar el valor inicial de una inversión. El cálculo es más sencillo que el del interés compuesto.
Basta con dividir el número 72 entre el tipo de interés.. Por ejemplo, para saber cuánto tardarás en duplicar tu capital con una tasa de interés compuesto al 10%, debes calcular:
72 / 10 = 7,2
Ahora sabes que necesitarás más de 7 años para duplicar tu capital bajo un interés compuesto.
Después de haber calculado tu rentabilidad compuesta, la siguiente pregunta lógica es: ¿dónde debes invertir tus intereses simples (y sobre todo compuestos) para obtener beneficios?
Depositar tu esperanza en el interés compuesto en forma de dividendos y acciones es casi inevitable. Invertir en bolsa suele ser la primera opción que nos viene a la cabeza.
Las acciones ganan y pierden valor en función de las fluctuaciones del mercado. Esto permite que tu plusvalía crezca, para poder reinvertir y generar intereses por sí misma.
Sin embargo, en relación con el interés compuesto, es importante preguntarse qué inversión realizar.
Esto se debe a que los valores de las inversiones cambian con el tiempo, y son impredecibles. De modo que tus intereses compuestos pueden acabar perdiendo valor si no tomas las decisiones correctas.
Por este motivo, cuando se invierte a interés compuesto, se aconseja no poner todos los huevos en la misma cesta. La idea es sencilla: si inviertes todo tu dinero en el mismo sector y éste se encuentra en caída libre, corres el riesgo de perder todo tu capital.
Pero, si diversificamos eligiendo una cartera transversal de activos, tanto a nivel nacional como mundial y en todos los sectores de la actividad, corremos mucho menos riesgo.
Esto es precisamente lo que hace Forward You cuando se responsabiliza de tu inversión en un seguro de vida-ahorro: incrementar tu capital. Te ayudamos a aprovechar el interés compuesto tomando las mejores decisiones de inversión para tu situación con nuestro producto Forward Quant, que sigue una lógica aplicada por algoritmos matemáticos, así como datos históricos del mundo de la inversión.
De este modo, en una primera reunión con un asesor, determinas tu perfil de inversor para orientar las decisiones futuras.
Benefíciate de un contrato, y haz crecer tu capital, ¡así como la rentabilidad de tu seguro de vida!
Desde la definición hasta el cálculo del interés compuesto mediante una fórmula, este Santo Grial de la inversión es un objetivo en sí mismo.
En resumen, el estereotipo de que el mundo de la inversión es muy poco emocionante es totalmente falso: merece la pena echar un vistazo al poder del interés compuesto.
Invirtiendo con regularidad, puedes convertir pequeñas cantidades de dinero en grandes capitales, basta con dejar que el tiempo haga su trabajo.
Según Albert Einstein, el interés compuesto es la mayor fuerza del universo. ¡Es la “octava maravilla del mundo”!