Al hablar de inversiones sostenibles, acabamos de citar la sigla SRI, del inglés Sustainable and Responsible Investment. Traducido al español, se trata de las inversiones sostenibles y responsables. Las inversiones SRI, según la definición de 2013 del grupo de trabajo del Foro para las finanzas responsables, “su objetivo es crear valor para el inversor y para la sociedad en su conjunto a través de una estrategia de inversión orientada al medio-largo plazo que, en la valoración de compañías e instituciones, combina el análisis financiero con el ambiental, social y de buen gobierno”.
Con el acrónimo SRI nos referimos también la inversión socialmente responsable, que trata de conjugar el retorno financiero con el bien social.
Básicamente se trata de una forma de inversión que, junto con la búsqueda del rendimiento financiero, tiene como objetivo crear un valor añadido social y ambiental.
Las inversiones socialmente responsables se pueden efectuar apostando por empresas individuales o adquiriendo fondos SRI, es decir fondos socialmente responsables.
Se trata de fondos de ahorro gestionado que acogen en su interior a compañías y entidades que reflejan determinados principios éticos, compartidos o no por los inversores.